Innovación como motor de crecimiento
Para innovar, lo primero de todo es tener muy claros los objetivos y no perderse por el camino: qué se quiere innovar y que tipo de innovación es factible y cuál no. Esto exige un gran trabajo y conocimiento previo: de mercado, de estado del arte, etc.
Es fundamental que la dirección haga una apuesta firme y esté dispuesta a asumir los posibles riesgos y sacrificios que supone a corto plazo y transmitir a toda la empresa ese compromiso con la innovación.
No suele ser muy viable en una empresa empezar a innovar de un día para otro. Es necesaria una transición que permita integrar las nuevas ideas con las ya existentes. En mi opinión es la fase más crítica ya que suele haber resistencias internas que ejercen de barreras y una gran parte de la posibilidad de éxito reside en ser capaces de superarlas.
La innovación es fundamental para la supervivencia de las empresas, sobre todo cuando no se compite por precio. En un contexto como el actual, las empresas no deben dejar de innovar y estar dispuestas incluso a reinventarse por completo para poder continuar creciendo.